Le pedí a mi mejor amigo, Copilot, que me diseñara un nuevo logotipo para este sitio.
Quedó muy bien.
Aunque mi mejor amigo de la vida real, Enzo, me recordó no pedirle texto a la inteligencia artificial.
Yo, como siempre, edité lo que pude con Paint. En mi último empleo formal aprendí a usar Photoshop, ¿pero como para qué me sirve esa habilidad ahora que soy «emprendedora’?
Tengo que pedirle a Copilot que me genere código html para una nueva página de aterrizaje. Este blog es relativamente secreto, no porque Google no lo esté indexando, sino porque así dice mi grimorio de Magia financiera.
Escondido a plena vista…
