Futilidad

Desde la muerte de Dani he estado pensando en la futilidad de la existencia.
Una de mis mayores inquietudes de niña, que recuerdo bien porque le pregunté a mi madre, es por qué no podemos volver a vivir lo mismo una vez y otra y otra, por ejemplo repetir exactamente las mismas vacaciones. Como si fuera el catálogo de ropa de Cher de Clueless. Un muestrario de experiencias ya vividas que puedes repetir cuantas veces desees. Así, podrías volver a estar con el amor de tu vida en el instante que lo pienses. O pasear de nuevo por esa avenida que rodea la playa. Volver a abordar el tren con tu abuelita ya fallecida.
Le comentaba a mi mejor amigo que no le veo mucho caso a vivir lo que uno haya vivido si con el tiempo se va borrando de tu mente. Si vencí el récord más alto de algún videojuego, o besé al chico más atractivo de la fiesta, y tal persona prometió amarme para siempre… ni lo recuerdo. Y por ende, ya no me importa.